sábado, 28 de noviembre de 2009

Instrumentos del Renacimiento.


Hola Chicos/as
Aquí tenéis información sobre la actividad de la página 52. Recordad que no se trata de copiar lo que yo he colgado, sino un pequeño resumen (2 o 3 líneas) de cada uno de ellos con el fin de que tengáis suficiente información con el propósito de catalogarlos en: viento (madera o metal), cuerda, percusión, origen y procedencia, etc.



- Chirimía: aerófono de soplo directo y lengüeta doble, con tubo cilíndrico terminado en
un pabellón acampanado. De sonido brillante y penetrante, la chirimía formaba parte habitual en los conjuntos de música alta (fuertes) junto con algún instrumento de viento metal. Se construían en diferentes tamaños abarcando distintos registros.
- Vihuela: o vihuela de mano (para diferenciarla de la de arco), cordófono pulsado similar en tamaño y forma a la guitarra aunque su sonido es más parecido al laúd. Posee doce cuerdas de tripa dispuestas en órdenes dobles. Fue un instrumento muy importante en España, alcanzando su esplendor en el siglo XVI, y ligado a las clases altas, frente a la guitarra utilizada en el ámbito popular aunque a finales de siglo acabará desplazando a la vihuela.
- Serpentón: aerófono de soplo directo y de boquilla (en forma de copa, realizada en marfil). Se incorporó en el siglo XVI para completar el registro grave de la familia de las cornetas en los conjuntos de música alta. Se caracteriza por un tubo de madera largo
y serpenteado (normalmente recubierto de piel) y con orificios para los dedos. El serpentón siguió utilizándose en el siglo XIX por compositores como Mendelssohn, Rossini o Verdi.
- Espineta: cordófono de punteado mediante un mecanismo de teclado, es una de las
variedades del clavicémbalo, más pequeño y con forma poligonal. En la ilustración que
se ofrece en el libro, la caja decorada del instrumento oculta la forma típica del cuerpo
derivada de la mayor longitud de las cuerdas graves.
- Cromorno: aerófono de lengüeta doble encerrada dentro de una cápsula sobre la que se sopla. Posee un tubo cilíndrico con agujeros y curvado en el extremo, en forma de bastón invertido. Aparece en Alemania en el s. XV y también recibe el nombre de “orlo” o “trompa curvada”. Los cromornos se construían también en familias de distintos tamaños y registros.
- Flauta: aerófono de soplo directo y embocadura de filo o bisel, el modelo más frecuente es el de flauta dulce o de pico muy utilizada desde el siglo XIV hasta el XVIII. Se construían en familias de distintos tamaños y registros y formaban parte habitual de los conjuntos de música baja (suave) junto con instrumentos de cuerda.
- Laúd: cordófono de punteado con el cuerpo en forma de pera, la tabla armónica fina y adornada por un rosetón, la caja posterior abombada y un clavijero doblado hacia atrás. Posee un mástil con trastes y, normalmente, seis grupos de cuerdas u órdenes. Será el instrumento más característico del siglo XVI, utilizado como solista y también en los conjuntos de música baja (suave) con dos tamaños diferentes. Al principio los laudistas se repartían la interpretación de las distintas voces. Su evolución de instrumento melódico a polifónico dará lugar a la aparición de la tablatura y lo convertirá en uno de los instrumentos solistas más importantes, también para el acompañamiento de la voz.
- Viola de gamba: cordófono frotado que se toca en posición vertical, encajada entre las piernas (gamba), Según Allan W. Atlas (La música del Renacimiento) la viola tuvo su origen a mediados del siglo XV en la zona de Valencia, extendiéndose después a Italia y al centro de Europa. Sus características son muy diferentes a la familia del violín: hombros inclinados, arcos profundos, fondo plano y aberturas acústicas en forma de C. Posee un mástil con trastes de tripa y seis cuerdas afinadas por cuartas (con una 3ª central). El arco se coge con la palma de la mano hacia arriba. Las violas da gamba se construían en familias y formaban parte de los conjuntos de música baja.
Los registros más comunes eran soprano, tenor y bajo.
- Órgano: aerófono de soplo indirecto con mecanismo de fuelle y teclado. En el siglo XV los grandes órganos fijos ya son habituales en todas las iglesias de Europa y poseen varios teclados, registros y filas de tubos, además de un pedalero. El órgano que aparece en la ilustración es más modesto y tardío. También se mantienen en el Renacimiento el órgano portativo (explicado en el Libro de Buen Amor) y el órgano positivo, un poquito mayor, que se colocaba (o posaba) sobre una mesa y requería ya de dos ejecutantes, uno para el fuelle y otro par el teclado (con las dos manos).

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